“Dar hace verdaderamente feliz”
También este año 2018 un grupo de voluntarios de VIDA (VIS Foundation for India) ha dedicado una buena parte del período veraniego a ir a Calcuta para participar en la misión humanitaria y servir a los más pobres entre los pobres.
Mi experiencia en Calcuta ha sido muy gratificante; sentir todo el amor de tantas personas que te llenan de mucho más amor del que tú puedes dar allí: te transmiten su gratitud y su bondad”, decía Ana María, una voluntaria de Barcelona, al terminar sus días en Calcuta.
Es verdad, vas para dar; pero regresas con más de lo que llevaste contigo. Regresas con un corazón que explota de felicidad y de gratitud por la maravillosa experiencia vivida. Esto subrayan todos los voluntarios que regresan de Calcuta.
El grupo lo formaban 27 voluntarios de España (el grupo más numeroso), Italia, México, Francia y Estados Unidos. ¡Este año eran muchos!
Rebeca, de México, quiso dejar su testimonio: “Ser voluntaria en Calcuta ha sido sin duda una de las experiencias más fuertes pero reconfortantes, difíciles per satisfactorias, cansadas pero sanadoras del corazón, que he experimentado en mi vida. El encontrarme a Jesús en cada mirada de mis hermanos fue lo más maravilloso que viví en la India y servir al prójimo sin importarme nada más es sin duda la mejor experiencia de mi vida.”
“Servir al prójimo sin importar nada más” es lo que han hecho todos los voluntarios en tres centros de las Misioneras de la Caridad fundadas por la Madre Teresa (“Shihu Bhavan”, “Prem Dan” y “Shanti Dan”), en uno de los Misioneros de la Caridad (“Nabo Jibon”), en un centro de VIDA (que gestionan los Misioneros de la Palabra) “Nirmal Niketan” y, finalmente, en el centro “Mother Teresa vocational training” (también de los Misioneros de la Palabra); en este último para pintar algunas de las aulas de la escuela de formación profesional.
Un trabajo inmenso pero que se vuelve ligero porque se realiza con amor y con tanta alegría. Cada día había que levantarse temprano y adentrarse en el caos de la ciudad para llegar a servir en lo que se podía, por lo general en cosas sencillas, pero que son de gran ayuda para los misioneros que dedican su vida entera a estas personas tan pobres, abandonadas y enfermas.
El fruto de esta entrega es la felicidad. Como nos decía Álvaro, de Sevilla: “Dar hace verdaderamente feliz. Dar una risa o un gesto para conectar con una persona, que recibe tu energía y que al mismo tiempo te la transmite con un abrazo empático en el que incluso te ves vulnerable. ¡Es una experiencia recomendable! ¡Gracias VIDA!”
Además del trabajo en los centros, se visitó un día a los leprosos; otro día se llevó a los niños del “Nirmal Niketan” de paseo al zoo; sin olvidar la entrega de comida, ropa y útiles de higiene a cientos de personas que viven en la calle y en los “slum” más pobres de Calcuta que organizamos uno de los días de misión. Además, por último, se visitó los proyectos solidarios de la fundación “Colores de Calcuta” que VIDA sostiene también desde hace varios años.
Uno de los últimos días pudimos disfrutar de un conmovedor festival que los niños, niñas y jóvenes discapacitados del “Nirmal Niketan” nos ofrecieron a los voluntarios y a sus mismas familias. ¡Qué ternura y qué emoción ver tanto afecto y gratitud!
Terminamos estas breves líneas sobre la misión que VIDA ha llevado a cabo del 30 de julio al 15 de agosto 2018 con este testimonio de Sol, una de las voluntarias de Sevilla: “Mi experiencia en Calcuta ha sido intensa pero enriquecedora. Me encantaría colaborar con esta ONG en otras de sus muchas misiones y proyectos como “apadrina un niño”. ¡Muchas gracias VIDA!”
¡Ojalá que siga habiendo personas disponibles para servir al prójimo el año que viene y que la misión no se reduzca a unos pocos días de verano, sino a toda la vida!